Seguimos con el segundo paso para que puedas hacer tu huerta. En este caso tiene que ver con la planificación, paso muy importante para aprovechar al máximo los suelos que nos servirán de sustento para nuestra huerta.

2° Paso, la planificación

La planificación de nuestra siembra se sostiene en el conocimiento de tres conceptos básicos: asociación, rotación y abonos compuestos. De esta forma imitaremos procesos que se dan en la naturaleza y que nos permitirán mantener la calidad del suelo y de los cultivos temporada tras temporada.
 
Beneficios de la asociación de cultivos
 
– Aprovechamiento del espacio: Asociando las plantas de crecimiento vertical con otras de crecimiento horizontal, o las de crecimiento rápido con especies de crecimiento lento. Este uso intensivo del suelo nos ayuda a disminuir el crecimiento de malezas.
 
– Aprovechamiento equilibrado de los nutrientes del suelo: Las plantas correctamente asociadas no compiten por los nutrientes, ya que consumen distintos materiales y los extraen de distintos lugares. Por ejemplo, las verduras de hoja extraen nitrógeno, mientras que las raíces de mayor profundidad extraen potasio.
 
– Efectos protectores contra las plagas: Ya que algunas especies repelen a los insectos poco benéficos mientras que otras hospedan a los que sí benefician a nuestra huerta orgánica; Pueden ver buenas asociaciones en el listado que adjuntamos en la sección info huertera al final de este paso.
 

huerta colorida
 
Beneficios de la rotación de cultivos

 
Consiste en saber elegir los cultivos, al planificar la nueva siembra, para que no se nutran de los mismos componentes del suelo que absorbieron los cultivos anteriores.
 
Además, como muchas plagas y enfermedades son específicas de una especie o de plantas pertenecientes a la misma familia botánica, si rotamos los cultivos, contribuiremos a cortar el ciclo de vida de la plaga o la enfermedad.
 
Como regla general para la rotación de cultivos vamos a tomar la siguiente:
 
→ 1° hortalizas de raíz (zanahoria, remolacha)
→ 2° hortalizas de hoja (lechuga, acelga, espinaca, etc)
→ 3° hortalizas de fruto (tomate, pimiento, berenjenas, zapallitos, etc)
→ 4° especies reponedoras de la fertilidad del suelo (leguminosas: arvejas, habas, poroto, etc).
 
Es importante recordar que no es recomendable sembrar la misma hortaliza en el mismo lugar hasta después de transcurridos por lo menos tres años.
 
Un suelo fértil es rico en nutrientes. Con el uso permanente del suelo los nutrientes se gastan. Por eso, para mantener y mejorar la fertilidad del suelo y obtener cosechas sanas y abundantes durante todo el año, tenemos que “alimentar” nuestra huerta.
 
Una forma de mantener la fertilidad de la tierra es incorporándole abonos. Estos, sumados a una adecuada rotación y asociación de plantas, nos aseguran una producción continua, es decir, la posibilidad de sembrar todo el año. Para saber bien qué hortalizas sembrar según la época les recomendamos que chequeen nuestro Calendario de siembra
 
Bueno, ahora ya organizados en la planificación nos queda la parte más creativa: el diseño de nuestra huerta! La próxima semana podrán aprender este paso tan simple y a la vez necesario para llevar adelante un trabajo prolijo y práctico de la tierra.